Homo Vertebrate (2024)
Escultura de jabón y acero
100 x 100 x 200 cm
Corpus Foraminis (2024)
Videoinstalación. Video, espéculos ginecológicos y pantalla de madera
160 x 200 x 40 cm
Homo Vertebrate (2024)
Escultura de jabón y acero
100 x 100 x 200 cm
Corpus Foraminis (2024)
Videoinstalación. Video, espéculos ginecológicos y pantalla de madera
160 x 200 x 40 cm
Homo Vertebrate, (2024)
Soap sculpture and iron
100 x 100 x 200 cm
Corpus Foraminis, (2024)
Videoinstalation. Video, speculum and wood screen
160 x 200 x 40 cm
ES
Un video nos presenta una parte de nosotras casi irreconocible - el interior del cuerpo. La pantalla que sostiene la imagen está atravesada por varios instrumentos metálicos; espéculos típicos de la ginecología. Durante el siglo XVIII fueron muchas las mujeres negras que fueron sometidas a experimentos médicos, entre los expertos que las realizaban estaba J. Marion Sims, destacado por pasar a la historia siendo reconocido como el padre de la ginecología moderna. Sims realizó la invención del primer prototipode espéculo tras experimentos mórbidos y cirugías no-consensuadas sin anestésica a mujeres negras esclavizadas, quienes, según él, no sentían el dolor de la misma forma que las mujeres blancas. El espéculo continúa siendo el instrumento usado para análisis a las mujeres en la ginecología a pesar de sus raíces violentas contra los cuerpos gestantes y racializados. El legado de la medicina nos transmite los valores del sistema racista y heteropatriarcal que concibe binarios y diferenciaciones de trato dependiendo de la valoración de cada cuerpo.
En un gesto escultórico que presenta el legado atrabiliario de este instrumento, Maï Diallo rompe la pantalla, agujereando y abriendo el imágen y posicionando el espectador dentro del interior íntimo del cuerpo - cómo un órgano más sujetado a las violencias que perduran en la contemporaneidad. Diallo despliega una instalación en la sala jugando a nivel visual, sonoro, escultórico y sensorial entre lo digital y la materia. Cerca de la pantalla se encuentra una escultura de jabón. Este material apunta a la higiene médica tanto cómo a la conexión entre la percepción de la ética individual y la limpieza institucional. Esta escultura, que en sí, aparece cómo un hueso viscero, se deshace con cada uso y señala a la condición rígida de los seres vertebrados, incapaces de escapar del modelo jerárquico y encorsetado. Una entraña, como un pálpito hipnótico que alberga un lugar para una venganza sistémica que pivota entre los pocos grados que separan la repulsión de la atracción y que alude a un ciclo de violencia trans-temporal a descuartizar.
Texto de Raisa Maudit y Àngels Miralda, curadoras de la Bienal Contemporánea de TEA
EN
A video show us a part of ourselves that is almost unrecognisable - the insides of the body. The screen projecting the image is pierced by several metal instruments; typical gynaecological speculum. During the nineteenth century, many black women were subjected to medical experiments, among the experts who performed them was J. Marion Sims, noted for going down in history as the father of modern gynaecology. Sims invented the first prototype speculum after morbid experiments and non-consensual surgery without anaesthetic on enslaved black women, who, he claimed, did not feel pain in the same way as white women. The speculum is an instrument that still used in gyneacologixal examinations despite its violent roots against gestating racialized bodies. The legacy of medicine passes on values froom the racist heteropatriarchal based on binary thinking and differential treatment in accordance with the valuation of individual bodies.
In a sculptural gesture that reflects the gruesome legacy of this instrument, Maï Diallo breaks the screen, piercing and opening the image and positioning the viewer in the intimate interior of the body - like yet another internal organ subjected to the violences that stills persists today. Diallo’s installation takes over the space playing visually, sonically, sculpturally and sensorially between the digital and the physical worlds. Next to the screen is a soap sculpture. This material speaks to medical hygiene as well as to the connection between the perception of individual ethics and institutional sanitisation. Redolent of visceral bone, this sculpture diminishes with each successive use, underscoring and rigidity of vertebrate beings unable to the hierarchical and restrictive model. An internal organ, like a hypnotic pulse enclosing a place for a systemic revenge that operates within the narrow gap that separates repulsion from attraction, that alludes to a trans-temporal cycle of violence to be dissected.
Text by Raisa Maudit and Àngels Miralda, Biennal Contemporary of TEA's curators